lunes, 17 de octubre de 2011

Acusmática

  El Arte Acusmático, concebido como un arte sonoro basado en el mundo exterior, visible ­­y concreto, se vuelve abstracto en la escucha. Elaborado a partir de sonidos grabados. Al oyente se le sustraen los elementos de recurrencia típicos del discurso convencional. El ruido es un signo humilde, no apto, por su propia naturaleza, para obtener los mismos resultados que logramos con el material instrumental: un ruido no es una nota. Y es ahí donde surge el problema de la recepción del arte sonoro en el público. A éste, educado en su mayoría en las únicas bellezas del concierto instrumental, y al que en nada le preocupa, cuando contempla una bella pintura, aunque ésta se haya elaborado con materiales humildes (serrín, tierra), la sola idea de que se pueda conseguir un bello sonido a partir de un pedazo de cartón o una puerta le choca enormemente.


 El maestro del Arte Acusmático es Francis Dhomont. Su obra fundamental la constituyen dos volúmenes: el Cycle de l’errance y el Cycle des profondeurs. Points de fuite, Mourir un peu y Espace/escape forman un tríptico acusmático en el que, dice Dhomont, “intento expresar los símbolos y sensaciones que asociamos a la idea del viaje: la evasión, la fuga, la nostalgia, el espacio (el espacio imaginado y el de la ausencia), pero también la errancia, los vagabundeos del ensueño, los trastornos que forjan el tejido mismo de la vida. Es este un universo sonoro que penetra en la mente del receptor como un taladro.”


 El genio de Dhomont consiste en actuar sobre el inconsciente. De sus sonidos (de una belleza inmarcesible), extraídos de lo cotidiano, obtenemos la escucha de lugares y sensaciones que agitan nuestros propios recuerdos, nos ponen en guardia. Luigi Nono la llamaría “música de la subversión”.


 Mucho más devastador, el Cycle des profondeurs contiene dos melodramas acusmáticos: Regard sous un soleil noir recrea textos de El yo dividido de R.D. Laing. Las observaciones anotadas por el analista se alternan con descripciones atormentadas de las experiencias de esquizofrénicos. La narrada en la 7ª sección, la de la joven con síntomas catatónicos, es espeluznante.


 No menos perturbador, Forêt profonde adopta un tono dolorosamente naturalista en el tratamiento dramático de la voz. Viaje al subconsciente y sutil fábula en la que el bosque es el símbolo de nuestro errar cíclico por un sendero que conduce a lo impenetrable, a mundos secretos, “Forêt” acoge citas de cuentos de hadas y textos de Bruno Bettelheim. 


 Dhomont: “El empleo de recursos morfológicos, gracias a la alquimia del laboratorio, procura al autor acusmático un poder de sugestión e intervención sobre el texto original capaz de expresar el inconsciente inexpresable”.


Tema de la fuga - Francis Dhomont
caricatura acusmática

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